Algunos creen que ir al museo es para intelectuales, pero eso no es del todo cierto. Sin duda encontraremos divertidos museos para niños y no tan niños.
Hemos encontrado diversos museos para niños. Son de todo el mundo y seguramente interesarán a también a los grandes.
Museos con mucho sabor
Comencemos con la aventura en España, conociendo el “Museu de la Xocolata” (museo del chocolate) en Barcelona. Un museo para ir con los niños, por demás entretenido y delicioso.
Allí encontraremos diversas esculturas realizadas con chocolate. Conoceremos sus orígenes en tierra azteca, como llegó al viejo continente y como se transformó en lo que hoy conocemos.
El boleto de acceso a este museo para niños es un exquisito chocolate, que podemos comer después de haber entrado al museo- En la cafetería recomendamos tomar el clásico y espeso chocolate “a la española”.
Y eso no es todo, este museo también cuenta con talleres para todos. Donde los bebés podrán conocer su textura y sus sabores combinados con frutas, o también hacer divertidos dibujos.
Los niños pueden escuchar cuentos sobre la historia del cacao, acercándolos a la comprensión de su origen. Además, la realización artística con este delicioso material, entre otras actividades más.
Los adolescentes disfrutarán de un recorrido por el museo con una visita guiada y podrán hacer un curso especial para conocer el chocolate oscuro. Y los adultos gozarán de experiencias fantásticas pues no solo pueden visitar el museo, sino también degustar chocolate o deleitarse con maridajes de este manjar con vino, cava, cerveza o brandy.
Y ya que estamos en la zona de la dulzura. En la antigua Valladolid, hoy Morelia, se encuentra el Museo del dulce. Consiste en un rescate de las tradiciones michoacanas, donde encontraremos más de trescientos dulces típicos regionales. Entre ellos se destacan los ates morelianos y el típico rompope (de diversos sabores).
En este museo encontraremos la historia de la ciudad, a través de un paseo de fotografías antiguas. Allí, diversas personas vestidas con prendas del siglo XIX, escenificarán la historia del ate.
Conoceremos los orígenes de este dulcen proveniente del Medio Oriente y la llegada a las tierras mexicanas mediante los españoles. También, podremos entender por qué las monjas dominicas del convento de Santa Catalina de Siena, cambiaron las frutas maduras que se consumían en España, por las frutas de la región, como guayabas, membrillo y tejocote.
En otra parte del museo, podremos apreciar la maquinaria real utilizada entre 1840 y 1870, como cortadoras, selladoras y una cocina tradicional de la época.
Para finalizar el recorrido, preparan un ate en solo unos minutos. Dan tips para hacerlo en casa y obsequian una pequeña degustación.
En la cafetería del museo podemos beber uno de los chocolates más exquisitos de México, así como probar la clásica y tradicional nieve de pasta, de Pátzcuaro.
Los famosos en estatuas de cera
En París está el famoso Museo Grévin, fundado en 1882. Es mundialmente reconocido por sus más de 500 figuras de cera.
La visita al museo comienza en una sala creada para la Exposición Universal de París de 1900, que funciona como un caleidoscopio gigante.
Posteriormente, el recorrido por las diferentes salas nos llevará a revivir acontecimientos importantes de la historia de Francia, desde la edad media hasta el siglo XXI.
Allí, podemos ser parte del consejo de guerra con Napoleón Bonaparte, desfilar con el General de Gaulle, participar en una entrevista a Al Pacino o ser parte del planeta del Principito, así como de las aventuras de Asterix y Obelix.
En el teatro del museo se dan cita importantes estrellas. Allí es posible reconocer tanto a destacados deportistas como a los íconos de la moda, a políticos internacionales y hasta divertidos dibujos animados.
Al finalizar es imposible no visitar el café Grévin. Es un lugar donde se puede comer deliciosos platillos del chef Guillaume Duciel, tomar un café o una bebida refrescante y repasar los personajes encontrados en este sitio tan especial.
El museo para niños más grande del mundo
Por último, es muy recomendable visitar el Museo de los niños más grande del mundo, en Indianapolis. Aquí encontraremos una colección de más de cien mil objetos. En las diferentes áreas del museo, se encuentra un planetario, un cine y una locomotora (diseñada por Reuben Wells en 1868). Además, el Jardín Mundial de las Siete Maravillas, el reloj de agua más grande de América del Norte, una casa de muñecas Ball Dollhouse y el carrusel National Historic Landmark.
En la sala “El poder de los niños: Representantes de una diferencia», se muestran las historias de Ana Frank, Ruby Bridges o Ryan White y su impacto en el mundo. Aquí se crea un ambiente donde la gente pueda examinar y hablar de asuntos relacionados con el prejuicio y la discriminación, y buscar soluciones a los problemas.
Dinosaurios para tocar
Unido al que es uno de los más grandes museos para niños está Dinosphere. En este sitio podremos experimentar cómo fue el último período del Cretácico, con exposición de varias especies de dinosaurios. Allí, se pueden realizar excavaciones de fósiles e inclusive es posible tocar un fósil real de Tyrannosaurus Rex. Algunos paleontólogos se encuentran en el lugar para comunicarnos sus experiencias y compartirnos su sabiduría.
En los meses de sol, el museo cuenta con experiencias deportivas al aire libre. L@s niñ@s de todas las edades se pueden subir a un auto de carreras en la pista ovalada, jugar fútbol en el campo, formar equipo para jugar dobles en las canchas de tenis, acudir a las pistas de hockey o participar en uno de los cuatro campos de golf miniatura.
¡Esperamos que este recorrido por los más destacados museos para niños te haya encantado tanto como a nosotros!
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